domingo, 6 de julio de 2014

El pulgón: un invitado indeseado

Pulgón negro
Desde hace ya un mes he empezado a ver en algunas plantas el famoso y odiado pulgón. Ese pequeño bichejo suele ser verde o negro, aunque puede ser de otros colores, y que podemos encontrar en casi todo tipo de plantas. Su preferencia suele ser los brotes más verdes y nuevos, aunque se puede encontrar en muchas partes, eso si, normalmente juntitos, como dándose un banquete a costa de nuestra planta. El pulgón se alimenta de la savia, va chupando el jugo que producen nuestras hortalizas dejándolas muchas veces exhaustas. Además, al alimentarse de ellas, pueden favorecer la entrada de enfermedades que dañarán aún más al sujeto sobre el que se estén alimentando.

¿Como saber si es pulgón? Bueno, la mejor manera de reconocerlos es con la experiencia, eso está claro, pero hay unos indicios que suelen funcionar bastante bien. Como ya he dicho antes, suelen estar juntitos en los brotes de la planta o en los tallos verdes y hojas, suelen atacar a las plantas con un exceso de abono, ya que su savia es más sabrosa. Hay especies que son muy propensas a coger pulgón, como el rosal o las habas. Además en ocasiones provocan deformidades en la planta, impidiendo su crecimiento normal. También suelen estar acompañados de un ejercito de incansables hormigas, que se encargan de protegerlos e incluso moverlos por las diferentes partes de la planta. Esto es debido a que las excreciones del pulgón son dulces y muy sabrosas para las hormigas. De esta manera crean una especie de simbiosis por la cual ambas salen beneficiadas.

 ¿Tiene enemigos naturales? Pues tener supongo que tendrá muchos pero el más conocido es la mariquita. Si, ese bichito tan simpático es un ferviente devorador de pulgones, sobretodo es su estado larvario, en el cual, antes de obtener sus hermosos colores rojos y negros, pasa antes por un color amarillo-anaranjado mezclado con negro. Y por supuesto morfológicamente bastante diferente. ¡Así que si veis alguna ni se os ocurra matarla!
Pulgón negro

¿Como puedo luchar yo contra ellos? Hay multitud de métodos que podemos aplicar contra los pulgones, desde los insecticidas químicos, de los cuales no soy nada amigo, hasta remedios hechos con plantas. Principalmente, que podamos hacer en casa, es muy útil pulverizarlos con una solución con jabón potásico. Si prefieres algo hecho con plantas en el libro Plantas para curar plantas (Bertrand, Collaert, Petiot, 2014, pg 87) nos habla de varios remedios, entre los que encontramos: una solución a base de ajo (macerado con un poco de aceite, diluido en agua, colado y reposado una semana); una decocción a base de consuelda (8 hojas picadas en un litro de agua durante 20 min. y dejado reposar 12h); o una infusión pura de ortiga (100g/litro si son frescas y 10g/litro si son secas). Normalmente este tipo de remedios caseros no funcionan como un insecticida químico -y no queremos que así sea, por eso los preferimos en algunos casos- de modo que cuando los rocíes sobre el pulgón no morirán al instante, por lo que se deberá aplicar más de una vez espaciando la aplicación unos días.

 Digo que no queremos que funcione como un insecticida químico porque de esta manera evitamos que mueran otros insectos que no sean exactamente los que queremos. Esto favorecerá la biodiversidad y, a la larga, que tengamos menos plagas. ¿Por qué ocurre esto? Porque en cierta medida las plagas que padecemos son consecuencia del excesivo uso de insecticidas químicos que eliminan tanto a los insectos perjudiciales como a sus depredadores.

¿Esto quiere decir que si no utilizáramos insecticidas no habría plagas? No, eso no es así. Las plagas se producen de una manera más o menos natural, pero el empleo de insecticidas de manera sistemática y los monocultivos favorecen que las plagas sean mayores y más dañinas, dado que eliminamos a los depredadores que los controlan naturalmente y les damos -en el caso de los monocultivos- una gran cantidad de alimento a su disposición en relativamente poco espacio.

¿Qué más se puede hacer contra el pulgón? Un método habitualmente utilizado en agricultura ecológica es el de las plantas trampa. Este tipo de plantas estando cultivadas en asociación con nuestros cultivos, o en las inmediaciones, pueden favorecer que las plagas sean más leves o, de alguna manera, que nos avisen de la llegada de los parásitos. De esta manera podremos combatirlos mejor, ya sea porque les afecta menos o porque nos avisan para empezar el tratamiento cuanto antes. En el caso del pulgón es muy conocido el efecto del rosal. Habitualmente esta planta ornamental atrae a los primeros pulgones de la temporada, sirviéndonos de aviso y favoreciendo que los depredadores del pulgón comiencen a aparecer.









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